Aumento de la productividad, mayor flexibilidad horaria, reducción de tiempos, equilibrio personal y profesional; son muchos los beneficios por los cuales uno querría trabajar desde casa al menos algunos días por semana. Sin embargo, esta vez no es una cuestión que podamos elegir. 

Para muchos trabajadores, el coronavirus impuso el trabajo remoto de forma obligatoria como una forma de evitar la propagación del virus. Frente a esta situación de pandemia, la cuarentena no evitará el rebrote del COVID-19, pero permitirá preparar mejor al sistema de salud para bajar la mortandad. Y cuando se levante la medida dictada por el gobierno nacional de aislamiento social y preventivo, viviremos cambios en la manera de viajar y trabajar ya que se evitarán las concentraciones de personas, y la población en riesgo no podrá ir a trabajar durante un largo tiempo. Las empresas tendrán que implementar un home office forzado, rotando a su personal, buscando tener mínimo de personal en sus oficinas, plantas y depósitos. En el corto plazo las empresas y entidades públicas migrarán sus sistemas para poder acceder a través de Internet (la famosa nube) y así minimizar la concentración de personas. 

¿Pero qué pasará luego del coronavirus? ¿La humanidad buscará prepararse para una próxima pandemia, que puede que sea más agresiva y se propague de manera más rápida? Ante este nuevo escenario, que se vio radicalmente modificado de un día para el otro, es clave adaptarse a nuevas dinámicas, procedimientos y modalidades para seguir siendo productivos y emular lo mejor posible el trabajo presencial. 

Durante este presente y el futuro inmediato, el Home Office se ha vuelto el gran aliado de muchas empresas. Si bien el teletrabajo en Argentina avanza despacio, muchas compañías ya entendieron que es una alternativa válida para mejorar la calidad de vida de los trabajadores y optimizar los resultados. Creemos que la vida antes y después del coronavirus no va a ser la misma. Una de las grandes lecciones que nos deja esta experiencia es que muchas personas pueden trabajar de forma remota con la tecnología ya existente sin ningún inconveniente y  cambiar para siempre los patrones de trabajo de numerosas compañías. Trabajadores y empleadores, autónomos y contratados, grandes corporaciones y entidades públicas, han comenzado a darse cuenta que los espacios de trabajo deben modificarse o ser otros, especialmente aquellos en donde la mano de obra es del tipo administrativo y logístico. 

En este contexto mundial, nacerán nuevos nichos de mercado con nuevos emprendimientos. Muchos de los que hoy prestan servicio en la nube experimentarán un crecimiento acelerado y se verán nuevas consolidaciones en el segmento tecnológico. Así cada vez más, las empresas van a requerir soluciones en la Nube: laptops que reemplazan computadoras de escritorio, central telefónica en la nube con herramientas web para medir la productividad remota e integraciones con otros sistemas en la nube como CRMs y ERPs.

Todavía es muy pronto para saber si el trabajo remoto al que se han visto obligados muchos trabajadores por la pandemia del coronavirus llegó para quedarse. Sin embargo, frente a esta situación global, hay una oportunidad única de entender el teletrabajo y la consolidación de la telefonía en la nube, como uno de los nuevos pilares para sostener y mantener a flote la economía de muchas empresas.